Nada me satisface. Todo parece lo mismo.
¿He perdido el color? ¿He perdido la esencia?
Es todo gris, es todo insípido.
¿Qué me ocurre? ¿El mundo siempre ha lucido así?
Mi fuego sigue encendido pero no puedo sentir su calor, sus llamas han perdido luz. Ni siquiera estoy triste, solo me produce decepción. Mis ojos no pierden ante la vivacidad de aquellos expuestos en la pescadería, viajan e incluso observan mucho más que desde el mar. Mis labios están quietos, no producen arrugas, silenciosamente juzgan y mis cejas los ayudan. Ostento una expresión de desdén, de aquellas que piden a gritos ser descompuestas, sin embargo, no puedo hacer nada, mi cuerpo es niebla.
A todo le encuentro defectos. A todos los veo ridículos.
¿Está en mi o está en el inmenso otro?
Frustración. Impotencia. Resentimiento. Inferioridad.
¿Por qué estoy tan llena de ira? ¿Es vacío o enfado?
Duermo día y noche, no sueño nunca. Me arrastro sobre mis dos pies mientras olfato, audición y tacto se deshacen entre las telarañas que comienzan a tapar mi marmólea figura. Dentro de mí crece y crece la rosa del Laurel, crece y crece bella y marchita y sin faltar a su naturaleza me envenena. Lentamente, mi propia arpa perforada por palabras cobardes se ahoga entre nudos y silencios. El aire pesa sobre mis hombros y me encorva, me doma, me hace esclava de un fantasma. No estoy encadenada, soy libre pero me quedo quieta, renuncio a mi movilidad, me rindo ante la vida, me limito a observar.
Todo a mi alrededor se ralentiza o coge todavía más velocidad, que más da.
¿Importa algo? ¿Qué es eso tan maravilloso que todo el mundo persigue?
Simplemente dejadme dormir.
¿Soy humana? ¿Qué soy?
De tantas preocupaciones mi mente huyó que me quedé a solas con la calma, una calma letal e inocente. No alcanzo a comprender como algo tan necesario puede ser a la vez tan repugnante, me quedé a solas con un espejo y en el reflejo no estoy yo.
- Sta. Rigoberta.
viernes, 30 de diciembre de 2016
sábado, 24 de diciembre de 2016
miércoles, 21 de diciembre de 2016
Te deseo, pero diferente
Buenas noches
Hoy quiero dirigirme a ti, tuúque no me lees.
¿Quién eres? ¿Qué quieres? ¿Y por qué has aparecido así en mi vida, tan repentinamente?
¿De dónde has salido, querida criatura de este mundo cruel?
No lo sé, y creo que tampoco tengo la necesidad de que estas preguntas sean contestadas.
Lo que pasa es que... me gustas. No me gustas a lo cursi, a lo amor, oh dulce amor, no, me atraes. Y aun no sé porqué. ¿Conoces esa expresión de tiene algo?, pues tú tienes algo-mucho que me atrae con fuerza.
Primeramente me fije en tu sonrisa -no es que sea la más bella que he visto en mi vida- es que tu sonrisa, creo yo, transmite, no me preguntes el qué. Pero yo veo cierta ironía y cierto sarcasmo en ella. ¿Qué escondes? me pregunto continuamente.
Más tarde me fijé en tu tez.-tampoco es la más perfecta que he visto- pero parece suave, y en cierta medida, delicada. Ojalá poderte acariciar, me conformo con que sea solo una vez.
Luego... tu olor, tu fragancia personal, propia, que solo tienes tú -o los que comparten el mismo perfume, pero como tu no hay dos(o sí)- pero este, es solo una vía , un camino para acordarme de ti. Cuando te tengo cerca, cierro los ojos, y sonrío al notar tu fragancia, pues, me recuerda tu presencia.
Tu voz, no es que sea la más dulce, ni siquiera la más bonita, no obstante, con ella , expresas pensamientos atrevidos y sinceros, a partir de una voz que esconde una cierta inseguridad. Hablas poco, pero cuando quieres transmitir unas ideas propias, lo haces sin tapujos. Estos contrarios, quizá sean los causantes de mi atracción: valentía, decisión/ miedo, ocultación. Tienes construido un escudo que te protege de todo mal, o al menos, el que tú puedas evitar. Pero tampoco soy quién para hablar de ello, ni siquiera te conozco para juzgarte.
Me ha costado dar el paso y hablarte... de hecho, cuando me rozaste por primera(sí, primera, claro) vez, sentí una sensación electrizante. Pero cuando empezamos a charlar, ya empecé a formar una imagen de ti, que nace un poco de la realidad inerte, y un poco (mucho) de lo que yo he querido crear. Muchas veces te abres y me hablas... y aunque yo me fije en tu mirada penetrante(pese a que me cueste mantener la mirada), y ponga los cinco sentidos en escucharte, no puedo lograr entenderte. Pero me he formado una cierta idea: somos distintos, pero iguales. Creo que he llegado a la conclusión de que tenemos unas vidas un poco paralelas, aunque vaya, tu vida es mucho más excitante. Además, tenemos visiones distintas de las mismas ideologías que compartimos. Es extraño pero es así. Tu eres así, me haces reflexionar y replantearme hasta la propia existencia con tus argumentos tan lógicos. Y yo, te miro con carita de: no sé qué me estás contando pero waw.
Vamos a ver, que tampoco nos vayamos a flipar, no es que esté enamorada de ti., ni mucho menos No sueño con que seamos pareja, formemos una familia y tengamos una hija que se llame Juani. No, yo siento algo diferente, y especial. Tu formas parte de un sueño, de una imaginación, de algo, dicho de alguna manera "utópico".
Cuando pienso cursimente en ti, imagino conocerte más profundamente, acariciarte como ya he dicho anteriormente, abrazarte, y poco más (bueno, y un beso, un único beso). Es extraño, lo sé, tampoco pretendo fingir sentir cosas que la gente "normal" siente. Además, me planteo una cuestión: primero de todo, ¿existes? ¿o es que solo eres una creación mía? Que tampoco me decepcionaría. Puesto que, tengo clarísimo que tú y yo, siempre seremos separados por esta conjunción "y". Pero vaya, convertir estos delirios en realidad es hacer que pierda su esencia. ¿Qué gracia tendría soñar, pensar en algo imposible, que te da una sensación de deleite si se convierte en algo "real"? Pierde su magia, la realidad no es tan bella como la que figura mi imaginación. (tú me lo recuerdas constantemente, me haces sentir como un gusano ilusionado en un mundo de crueldad y engaños)
Me gusta pensar en ti, en imaginarte, en ponerme música romántica y observarte de lejos como si fuera un videoclip, pero nada más, eres algo más bien... ¿platónico?. Solo te recuerdo en momentos específicos, y mañana, seguramente, no me acuerda de este texto, ni de ti.
Con esto decir que, no hay sentimientos fijos, perfilados, no hay un amor eterno romantizado y ya. Hay más cosas, hay más sentimientos, más sensaciones, no todo se limita a lo que explican las comedias románticas, hay distintas maneras de amar, creo yo. Yo deseo, deseo algo distinto, ni sexo, ni amor, algo que solo yo voy a comprender.
Yo
Siento
Cosas
Porque soy persona, y es lo habitual.
No soy partidaria del código binario de las cosas.
Hoy quiero dirigirme a ti, tuúque no me lees.
¿Quién eres? ¿Qué quieres? ¿Y por qué has aparecido así en mi vida, tan repentinamente?
¿De dónde has salido, querida criatura de este mundo cruel?
No lo sé, y creo que tampoco tengo la necesidad de que estas preguntas sean contestadas.
Lo que pasa es que... me gustas. No me gustas a lo cursi, a lo amor, oh dulce amor, no, me atraes. Y aun no sé porqué. ¿Conoces esa expresión de tiene algo?, pues tú tienes algo-mucho que me atrae con fuerza.
Primeramente me fije en tu sonrisa -no es que sea la más bella que he visto en mi vida- es que tu sonrisa, creo yo, transmite, no me preguntes el qué. Pero yo veo cierta ironía y cierto sarcasmo en ella. ¿Qué escondes? me pregunto continuamente.
Más tarde me fijé en tu tez.-tampoco es la más perfecta que he visto- pero parece suave, y en cierta medida, delicada. Ojalá poderte acariciar, me conformo con que sea solo una vez.
Luego... tu olor, tu fragancia personal, propia, que solo tienes tú -o los que comparten el mismo perfume, pero como tu no hay dos
Tu voz, no es que sea la más dulce, ni siquiera la más bonita, no obstante, con ella , expresas pensamientos atrevidos y sinceros, a partir de una voz que esconde una cierta inseguridad. Hablas poco, pero cuando quieres transmitir unas ideas propias, lo haces sin tapujos. Estos contrarios, quizá sean los causantes de mi atracción: valentía, decisión/ miedo, ocultación. Tienes construido un escudo que te protege de todo mal, o al menos, el que tú puedas evitar. Pero tampoco soy quién para hablar de ello, ni siquiera te conozco para juzgarte.
Me ha costado dar el paso y hablarte... de hecho, cuando me rozaste por primera(sí, primera, claro) vez, sentí una sensación electrizante. Pero cuando empezamos a charlar, ya empecé a formar una imagen de ti, que nace un poco de la realidad inerte, y un poco (mucho) de lo que yo he querido crear. Muchas veces te abres y me hablas... y aunque yo me fije en tu mirada penetrante(pese a que me cueste mantener la mirada), y ponga los cinco sentidos en escucharte, no puedo lograr entenderte. Pero me he formado una cierta idea: somos distintos, pero iguales. Creo que he llegado a la conclusión de que tenemos unas vidas un poco paralelas, aunque vaya, tu vida es mucho más excitante. Además, tenemos visiones distintas de las mismas ideologías que compartimos. Es extraño pero es así. Tu eres así, me haces reflexionar y replantearme hasta la propia existencia con tus argumentos tan lógicos. Y yo, te miro con carita de: no sé qué me estás contando pero waw.
Vamos a ver, que tampoco nos vayamos a flipar, no es que esté enamorada de ti., ni mucho menos No sueño con que seamos pareja, formemos una familia y tengamos una hija que se llame Juani. No, yo siento algo diferente, y especial. Tu formas parte de un sueño, de una imaginación, de algo, dicho de alguna manera "utópico".
Cuando pienso cursimente en ti, imagino conocerte más profundamente, acariciarte como ya he dicho anteriormente, abrazarte, y poco más (bueno, y un beso, un único beso). Es extraño, lo sé, tampoco pretendo fingir sentir cosas que la gente "normal" siente. Además, me planteo una cuestión: primero de todo, ¿existes? ¿o es que solo eres una creación mía? Que tampoco me decepcionaría. Puesto que, tengo clarísimo que tú y yo, siempre seremos separados por esta conjunción "y". Pero vaya, convertir estos delirios en realidad es hacer que pierda su esencia. ¿Qué gracia tendría soñar, pensar en algo imposible, que te da una sensación de deleite si se convierte en algo "real"? Pierde su magia, la realidad no es tan bella como la que figura mi imaginación. (tú me lo recuerdas constantemente, me haces sentir como un gusano ilusionado en un mundo de crueldad y engaños)
Me gusta pensar en ti, en imaginarte, en ponerme música romántica y observarte de lejos como si fuera un videoclip, pero nada más, eres algo más bien... ¿platónico?. Solo te recuerdo en momentos específicos, y mañana, seguramente, no me acuerda de este texto, ni de ti.
Con esto decir que, no hay sentimientos fijos, perfilados, no hay un amor eterno romantizado y ya. Hay más cosas, hay más sentimientos, más sensaciones, no todo se limita a lo que explican las comedias románticas, hay distintas maneras de amar, creo yo. Yo deseo, deseo algo distinto, ni sexo, ni amor, algo que solo yo voy a comprender.
Yo
Siento
Cosas
Porque soy persona, y es lo habitual.
No soy partidaria del código binario de las cosas.
-Gregoria
martes, 20 de diciembre de 2016
Cómo NO ligar
Esta es, sin duda, una de las entradas más personales que haré así que sed buenxs conmigo. Llevo un tiempo con novio, pero antes de eso mi vida amorosa y la de una piedra eran iguales. Si no me créeis, seguid leyendo y así podréis admirar mis dotes para el ligoteo. Aquí van mis consejos:
1. Si te invitan dí que no.
Pasó en la Universidad, (en realidad ni siquiera sé si realmente quería ligar conmigo pero a mí me gusta decir que sí). Un chico con el que me hablaba en clase me pidió los apuntes y a cambio se ofreció a invitarme a algo. La cosa fue más o menos así:
-De verdad, Emma, muchas gracias. Te invito a lo que quieras.
- Oh no, tranquilo. No me molesta.
- Ah vale, guay.
- Eh.. pero bueno ahora que lo dices me apetece una fanta. Y ummm, un donut.
Después de invitarme con una sonrisa forzada nunca se supo nada más del señor de los apuntes.
2. Pero si el que te invita es un australiano guapísimo, por dios, dí que sí.
De las pocas veces que una parte de los ángeles de Dante nos hemos aventurado juntas a una disco, LIGUÉ. De verdad, puede que ellas no lo recuerden (o lo nieguen) PERO LO HICE. Y... lo mejor de todo es que era GUAPO. Como siempre estuve muy elocuente, muy coqueta:
- Hello! What's your name?! (leedlo con acento australiano, por favor).
- Emma.
- Ah, nice. Do you want a beer?
- No.
- Oh. Are you underage?
- No.
Fin. Ya me podéis matar.
3.Cuando realmente ligas sin querer y encima son bordes contigo. Dos hombres americanos se pusieron a hablar conmigo y una amiga por fin de año y, yo, que me esfuerzo en hablar en inglés me sueltan:
- Tienes algo...
- Qué?
- Que tienes algo en los dientes.
- Ah gracias.
- De nada.
ummf, umfff, ummmf
También está la vez que un viejo verde se ofreció a comprarme ropa, la que un hipster de pueblo confesó llevar gafas sin cristal, la vez en la que un italiano intentó bailar una lenta conmigo en la misma disco del australiano o ese francés que lo único que sabía decir en castellano era "Pero yo te quiero", o eso parecía. Y... bueno creo que voy a parar de contar mis desastres amorosos porque me estoy deprimiendo.
Para demostraros que no soy un completo cero en estas cosas voy a dramatizar para vosotrxs la única vez que estoy orgullosa de haber ligado (y sí, también hice muestras de mi ingenio y de mi coquetería):
- No me gusta mucho ir por Barcelona de noche-. farfulló el afortunado ganador la primera vez que nos conocimos.
- Ahhh, pues tranqui que yo tengo conocimientos ninjas y te defenderé.
(Cabe destacar que él me saca dos cabezas. Lo niega pero yo sé que lo conquisté por decir eso).
1. Si te invitan dí que no.
Pasó en la Universidad, (en realidad ni siquiera sé si realmente quería ligar conmigo pero a mí me gusta decir que sí). Un chico con el que me hablaba en clase me pidió los apuntes y a cambio se ofreció a invitarme a algo. La cosa fue más o menos así:
-De verdad, Emma, muchas gracias. Te invito a lo que quieras.
- Oh no, tranquilo. No me molesta.
- Ah vale, guay.
- Eh.. pero bueno ahora que lo dices me apetece una fanta. Y ummm, un donut.
Después de invitarme con una sonrisa forzada nunca se supo nada más del señor de los apuntes.
2. Pero si el que te invita es un australiano guapísimo, por dios, dí que sí.
De las pocas veces que una parte de los ángeles de Dante nos hemos aventurado juntas a una disco, LIGUÉ. De verdad, puede que ellas no lo recuerden (
- Hello! What's your name?! (leedlo con acento australiano, por favor).
- Emma.
- Ah, nice. Do you want a beer?
- No.
- Oh. Are you underage?
- No.
Fin. Ya me podéis matar.
3.Cuando realmente ligas sin querer y encima son bordes contigo. Dos hombres americanos se pusieron a hablar conmigo y una amiga por fin de año y, yo, que me esfuerzo en hablar en inglés me sueltan:
- Tienes algo...
- Qué?
- Que tienes algo en los dientes.
- Ah gracias.
- De nada.
ummf, umfff, ummmf
También está la vez que un viejo verde se ofreció a comprarme ropa, la que un hipster de pueblo confesó llevar gafas sin cristal, la vez en la que un italiano intentó bailar una lenta conmigo en la misma disco del australiano o ese francés que lo único que sabía decir en castellano era "Pero yo te quiero", o eso parecía. Y... bueno creo que voy a parar de contar mis desastres amorosos porque me estoy deprimiendo.
Para demostraros que no soy un completo cero en estas cosas voy a dramatizar para vosotrxs la única vez que estoy orgullosa de haber ligado (y sí, también hice muestras de mi ingenio y de mi coquetería):
- No me gusta mucho ir por Barcelona de noche-. farfulló el afortunado ganador la primera vez que nos conocimos.
- Ahhh, pues tranqui que yo tengo conocimientos ninjas y te defenderé.
(Cabe destacar que él me saca dos cabezas. Lo niega pero yo sé que lo conquisté por decir eso).
lunes, 5 de diciembre de 2016
Mi primer trabajo
Últimamente he estado pensando mucho en mi primer trabajo. Fueron solo dos meses y durante el verano, pero recordándolos ahora, tras un tiempo, parece que hubieran sido dos días. Vale, puede que en aquel momento hubiera acabado harta de la gente y hubiera acabado sin ganas de vivir pero con la cartera más gordita. Pero como experiencia en general, me lo pasé muy bien y, jo, lo echo de menos. Jolín, fue mi primer trabajo, eso quedará marcado para siempre.
A veces echo de menos a los compañeros aunque a veces fueran insoportables, incluso también a las encargadas.
¿Y anécdotas? Oh, de eso tengo mucho. Y no os penséis que os libraréis de ellas. Antes de nada, me voy a poner un poco melancólica.
Debo admitir, que lo pasé fatal las primeras semanas (concretamente las dos primeras). No conocía a nadie – algunos de vista – y mi gran capacidad para socializar(nótese la ironía)me hizo incapaz de entablar una conversación normal con ellos. Yo no hablaba con nadie y, recíprocamente, nadie hablaba conmigo. Y no les culpo: fui yo la que se encerró. Lo se, lo se... es una cosa que trato mejorar... darme tiempo. Pero una vez empecé a coger confianza, fue cuando me lo empecé a pasar bien. No nos podíamos considerar amigos (tampoco lo queríamos) pero se creó un ambiente muy bueno y ese es otro de los motivos por los que guardo tan buen recuerdo de ese sitio. Incluso mis encargadas eran geniales y eso ya es tener mucha suerte.
Bueno, ¿estáis listos para las anécdotas? Porque aquí vienen.
PRIMER DÍA:
Empecemos por el principio: mi primer día. Por si no lo sabíais, el trabajo era de cajera/re-ponedora de supermercado. Era un supermercado nuevo, pero literal: cuando entré, hacía una escasa semana que lo habían inaugurado. Pero no os penséis que era el típico supermercado pequeño de pueblo: no, era una nave enorme.
En realidad, no es verdad que ese fuera el primer día: había estado haciendo una prueba (en la que estuve una jornada completa en el puesto de cajera) el día anterior y me asignaron a ese supermercado.
Bueno, que empecé ya oficialmente en ese supermercado enorme. Poneos en situación: ocho de la mañana, Alice nerviosísima y muerta de miedo. Se acerca la encargada y le dice ''ven conmigo''. Cágate lorito. Alice sigue a la encargada arrastrando sus pies y sudando la gota gorda. Entran en el almacén. ''tenemos ya muchas cajeras. Tú a repostar''. ¡¿QUÉ?!. Aquí es cuando a Alice le da un leve jamacuco. ''eemm... pero... yo no se qué tengo que hacer... solo he hecho la prueba de cajera''. La encargada pone los ojos en blanco y resopla. ''Ven conmigo, es muy fácil. Estamos en el almacén. ¿te has fijado que falta pasta? (no, no me había fijado. Como para fijarme). Pues, buscas la pasta, coges un carro y vas rellenando. Listo, chau. Ah, por cierto, como la nave es nueva, tenemos el almacén hecho un cristo. Suerte encontrando la pasta. Ale, me voy a hacer cosas de encargada''.
Vale, puede que fuera más sutil. Pero si, el almacén era la cosificación del caos. Estuve más de media hora buscando la maldita pasta. Pluma nº 6, aún me acuerdo. Al final, se me acercó un genial señor del almacén que me intentó ayudar (sin ningún éxito).
… acabé la jornada colocando los doscientosmil productos sin gluten que acababan de llegar. Y ese fue mi primer día.
A las dos semanas me fueron cambiando de cajera a re-ponedora y al final me quedé de cajera.
Las dos siguientes anécdotas sucedieron cuando me encontraba en la caja.
EL HOLANDÉS HERRANTE CASCARRABIAS:
Debo admitir, que era una cajera bastante buena. Tampoco destacaba mucho, pero sí que fue la que más dinero hizo durante casi una semana consecutiva (it's something).
Por lo tanto, he atendido a tantos clientes que no me acuerdo casi de ninguno. Pero hay algunos que destacan entre el resto, oh si destacan... madre mía si destacan. Uno de ellos es este holandés.
Es una historia tan absurda, que de absurda da rabia.
El caso, es que le pasé los productos y le iba a cobrar. Vale, perfecto. Si no recuerdo mal, la compra le salió por unos 9,97 o algo parecido. Él me da un billete de 10€. Espero por si me quiere dar el pico. Nada. Lo apunto en el ordenador, abro la caja y cojo los tres céntimos de cambio. Cierro la caja. Se los voy a dar, cuando me quiere dar los 0,97€ para que yo le devuelva un euro. Aquí es donde la cosa empieza a torcerse. Una vez he anotado el dinero, abierto la caja y cerrado, no se puede cambiar nada. Solo la encargada puede hacerlo. Le digo al señor que no puedo. Veo que empieza a ponerse nervioso. Me pongo nerviosa. Aquí es cuando me bloqueo: empiezo a repetirle ''no puedo'' y a negar con la cabeza. Él imita mi gesto y me empieza a gritar en holandés (estoy segura, por la entonación, que cayó algún que otro insulto).
Lo peor de todo es que no estaba solo: su hijo – que debería tener mi edad – lo miraba y por su cara, estaba deseando que se lo tragara la tierra. Miro al hijo con cara de súplica. Él lo intenta calmar y recibe más gritos por parte de su padre. Al final, el padre, me tira los tres céntimos y se marcha. Y el pobre hijo me pide perdón.
Bonito, ¿verdad? Aún lo pienso y me sabe fatal por el pobre chico: vaya padre le ha tocado.
Ahora me acuerdo de la situación con cierta ironía, pero en ese momento casi me deshago en mil pedazos y me convierto en polvo y adiós mundo.
LOS RUSOS QUE NO PARECÍAN RUSOS
En serio, tenían más plástico en la cara que la Barbie. Pues eso, les paso la compra y cuando les voy a cobrar, me quieren dar un billete de 500€. La empresa no aceptaba los billetes violetas, a ver, es lógico: si era una compra mínima a 400€ las cajeras nos quedaríamos sin cambio. Así que le dije que nanai. Tuve la gran suerte que la encargada estaba detrás mío, porque el ruso me empezó a gritar ya que no tenía otro billete más pequeño y me demandaba hablar con mi jefa. Pensad que esto fue posterior a la situación del Holandés: no iba a dejar que me volvieran a tratar de la misma manera. Me giro con toda la elegancia del mundo y le digo a la encargada lo que está pasando. Y como ella es una mujer de armas tomar, los puso finos filipinos (en serio, esa mujer tiene mucho carácter). Al final pagaron con tarjeta y yo recibí unas grandes y preciosas miradas cargadas de veneno y de botox.
Y me pasaron muchas más cosas. Como un día, que me pusieron en el puesto de la fruta y fue tan aburrido que me dio tiempo a escribir el argumento de un libro en una etiqueta que ya no servía.
Y la primera vez que tuve que usar el megáfono (¿micrófono?¿megáfono?), que me salvé porque a la chica a la que iba a llamar, apareció por la esquina y la llamé de manera eufórica a base de gestos. En fin... muchas cosas, muchos recuerdos: tanto buenos como malos.
Y esta es la entrada.
Ya lo se, ya lo se... no estoy publicando nada de lo que dije que publicaría en mi presentación. La vida es así ¿no? Dices unas cosas y luego haces otras... de todas maneras, estoy cocinando una entrada más creepy. ¿cuando la publicaré? Ah, eso no se sabe.
Pues eso, espero que os hayan gustado mis aventuras por el mundo laboral y mundano. Y eso, que...
hala, adiós.
- Alice.
domingo, 4 de diciembre de 2016
La gorda que va al gimnasio
¡Gregordi ha vuelto a animar la fiesta!
Si, como habéis leído en el título, una gorda que va al gimnasio... ¡¡y encima no lo ha dejado en el segundo día!! Paradojas de la vida ( yencima vegana)
Os voy a recopilar experiencias que vivimos de alguna manera las gordas, y las mujeres en general.
El primer día de gimnasio. Es lo más difícil creo yo. El hecho de ser le noob, y creer que serás observada por todes es algo que tira para atrás. Por eso,obligué, convencí a mi querida Emma para que me acompañase. Después de haber vivido todo una odisea para llegar al gimnasio. Sumémosle a lo de gorda TORPE, y vaya, eso ya es... Me caí ese mismo día en una máquina de pesas... Sí, esa soy yo. ¿Lo recuerdas, Emma?
A la tercera va la vencida. Dejé los gimnasios a los que "iba" dos veces, y ahora decidí que no iba a caera la comodidad del sofá. Además,poco a poco me empezaba a gustar el gym, y lo que antes era tortura, ahora es deleite.
Ya llevo un mes, yendo siempre que puedoaunque viva a 45 kilómetros del gimnasio y tenga que pillar el tren, y perder una hora de ida y vuelta, en vez de dormir en los findes.
Sé que algunes pensaréis que es una obsesión con perder peso, por el hecho de ser gorda y tal, pero... NO amigues. No se puede ni se debe vivir con la obsesión de adelgazar, carajo, eso no es vida.
Pero antes, necesitaba mi look fitness para el gimnasio. Tuve que recorrer toda Europa, y el norte de África para encontrar unos leggings donde cabiera mi culo.
Y después dearmarme comprar todo lo que necesitaba para ir al gimnasio sin excusas.
Mi rutina básicamente la hago en las máquinas, cardio y luego tonifico, Pero el otro día se me ocurrió probar la clase de zumba. No había pensado que estaba reventada de por si, llevaba dos horas machacándome en las máquinas. En los primeros minutos me estaba planteando salir corriendo de allí, pero aguanté hasta el final. En el otro gimnasio, lo que más hacía era ir a clases, y ya no recordaba esta sensación. "ser la gorda" de la clase no solo se remite a la escuela también a gimnasio. El hecho de que este justo delante tuya un espejo es algo que estresa muchísimo, al menos para mi. Me veo allí, y me comparo con les demás, y jope, "qué mal lo hago" y me distrae. Porque me pongo nerviosa, y mi coordinación ya de por si es pésima, y me bloqueo. Además que crees que todas las miradas caerán sobre ti pero no es verdad. Y jo va, había unos cuatro tíos parados fuera de la sala, mirándonos fijamente y sonriendo, iros a pastar o algo.
Aunque bueno, el otro día en ciclismo virtual, había un muyayo dleante mia que no apraba de girarse para mirar si seguía el ritmo d ela clae. Si, me miraba a mi, porque solo estaba yo detás. Y estaba punto de tirarle la botella de agua encima de la cabeza.
Y en las máquinas voy a mi bola, me pongo mi querida música(sin ésta yo no podría hacer nada) y como si no existiera nada más alrededor. En realidad, todes en el gym hacen lo mismo. Pero hace unos días cuando terminé de usar la máquina de pesas para tonificar los glúteos, había dosbabosos justo detrás mirándome fijamente, y sin disimular. o SEA, HELLO? Quería entrenar más, peor estaba tan incómoda que huí a los vestuarios.
Los vestuarios es otro tema, cuando era una mozuela, más adolescente, me era imposible pensar en ducharme allí, mi autoestima bajo tierra me lo causaba.Creía que mi cuerpo gordo destacaba en medio de todos esos "cuerpos perfectos(normativos)" Pero esto ya está superado, yo ya no puedo pasearme delante del espejo sin pensar "¿¿pero... cómo se puede estar tan buenota??" A quien no le guste, pues que no mire, entiendo que tanta sensualidad pueda dañar a los ojos.
Hay algo que me molesta mucho también: los machis que te minusvaloran por ser mujer y ser gorda. Esos d los que se quejan de que estar gorde es insano, que somos unes vagues de mierda. Pero luego, al vernos en el gym piensan/dien "esta no durará" o se mofan de nosotres porque nos cuesta más algunas cosas. Pero luego, cuando están en la parte de pesas, y la única mujer es gorda, y no es su primer día...
Queridis, buscad vuestra autoestima en otro lado, que no tengo chichi para farolillos
Ahora que lo pienso, tampoco hay tanto que contar, soy como todes, pero la gordofobia está vayas donde vayas, y mis complejos los he de superar.
El gimnasio es un sitio de desconexión, de autosuperación y de paz. Además que nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida, y de combatir el estrés de nuestro día a día. Si queréis ir al gimnasio, hacedlo, tiene más beneficio que quedarse en casa como siempre hacemos. De ese sufrimiento que padecemos, surge el placer de la auto superación. Cuerpo sano, vida sana, y recordad, siempre tratad de ser felices.
PD: Querides gordes, no vayáis al gimnasio para poder ponerte ese vestido tan sexy, porque piensas que con unos kilos menos te quedaría mejor. Ponteo, y sal a hacer twerk. Ya que tenemos el culo gordo, aprovechemoslo para algo! ;)
Si, como habéis leído en el título, una gorda que va al gimnasio... ¡¡y encima no lo ha dejado en el segundo día!! Paradojas de la vida ( y
Os voy a recopilar experiencias que vivimos de alguna manera las gordas, y las mujeres en general.
El primer día de gimnasio. Es lo más difícil creo yo. El hecho de ser le noob, y creer que serás observada por todes es algo que tira para atrás. Por eso,
A la tercera va la vencida. Dejé los gimnasios a los que "iba" dos veces, y ahora decidí que no iba a caer
Ya llevo un mes, yendo siempre que puedo
Pero antes, necesitaba mi look fitness para el gimnasio. Tuve que recorrer toda Europa, y el norte de África para encontrar unos leggings donde cabiera mi culo.
Y después de
Mi rutina básicamente la hago en las máquinas, cardio y luego tonifico, Pero el otro día se me ocurrió probar la clase de zumba. No había pensado que estaba reventada de por si, llevaba dos horas machacándome en las máquinas. En los primeros minutos me estaba planteando salir corriendo de allí, pero aguanté hasta el final. En el otro gimnasio, lo que más hacía era ir a clases, y ya no recordaba esta sensación. "ser la gorda" de la clase no solo se remite a la escuela también a gimnasio. El hecho de que este justo delante tuya un espejo es algo que estresa muchísimo, al menos para mi. Me veo allí, y me comparo con les demás, y jope, "qué mal lo hago" y me distrae. Porque me pongo nerviosa, y mi coordinación ya de por si es pésima, y me bloqueo. Además que crees que todas las miradas caerán sobre ti pero no es verdad. Y jo va, había unos cuatro tíos parados fuera de la sala, mirándonos fijamente y sonriendo, iros a pastar o algo.
Aunque bueno, el otro día en ciclismo virtual, había un muyayo dleante mia que no apraba de girarse para mirar si seguía el ritmo d ela clae. Si, me miraba a mi, porque solo estaba yo detás. Y estaba punto de tirarle la botella de agua encima de la cabeza.
Y en las máquinas voy a mi bola, me pongo mi querida música(sin ésta yo no podría hacer nada) y como si no existiera nada más alrededor. En realidad, todes en el gym hacen lo mismo. Pero hace unos días cuando terminé de usar la máquina de pesas para tonificar los glúteos, había dos
Los vestuarios es otro tema, cuando era una mozuela, más adolescente, me era imposible pensar en ducharme allí, mi autoestima bajo tierra me lo causaba.Creía que mi cuerpo gordo destacaba en medio de todos esos "cuerpos perfectos(normativos)" Pero esto ya está superado, yo ya no puedo pasearme delante del espejo sin pensar "¿¿pero... cómo se puede estar tan buenota??" A quien no le guste, pues que no mire, entiendo que tanta sensualidad pueda dañar a los ojos.
Hay algo que me molesta mucho también: los machis que te minusvaloran por ser mujer y ser gorda. Esos d los que se quejan de que estar gorde es insano, que somos unes vagues de mierda. Pero luego, al vernos en el gym piensan/dien "esta no durará" o se mofan de nosotres porque nos cuesta más algunas cosas. Pero luego, cuando están en la parte de pesas, y la única mujer es gorda, y no es su primer día...
Queridis, buscad vuestra autoestima en otro lado, que no tengo chichi para farolillos
Ahora que lo pienso, tampoco hay tanto que contar, soy como todes, pero la gordofobia está vayas donde vayas, y mis complejos los he de superar.
El gimnasio es un sitio de desconexión, de autosuperación y de paz. Además que nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida, y de combatir el estrés de nuestro día a día. Si queréis ir al gimnasio, hacedlo, tiene más beneficio que quedarse en casa como siempre hacemos. De ese sufrimiento que padecemos, surge el placer de la auto superación. Cuerpo sano, vida sana, y recordad, siempre tratad de ser felices.
PD: Querides gordes, no vayáis al gimnasio para poder ponerte ese vestido tan sexy, porque piensas que con unos kilos menos te quedaría mejor. Ponteo, y sal a hacer twerk. Ya que tenemos el culo gordo, aprovechemoslo para algo! ;)
-Gregordi
viernes, 11 de noviembre de 2016
Una inocente vampira
Ser vampira era
mucho más aburrido de lo que la Eleonor humana hubiera supuesto. En los libros
las vampiresas siempre van con largos y elegantes vestidos y el sexo o las
orgías llenas de sangre son la norma del día, o, en este caso, de la noche. Sin
embargo, tras cien años chupando sangre, Eleonor solo tenía un vestido
mínimamente aceptable, y, por si fuera poco, seguía siendo virgen. Claro que
esto último cambió cuando conoció a B., pero no debemos adelantarnos a los
hechos.
Eleonor nunca
había destacado por la belleza, y, en contra de lo que dice Stephanie Meyer,
cuando se volvió una chupasangre siguió sin destacar, quizá incluso menos. No
puede favorecer a nadie tener la piel de un blanco tirando a gris, colmillos
largos y algo torcidos y unas ojeras dignas de un adolescente con un videojuego
nuevo.
Si Eleonor tuviera que elegir lo peor de ser una
vampiresa no serían las interminables reuniones de los VUCMI[1],
terriblemente parecidas a las de los alcohólicos anónimos, ni el deseo
irrefrenable de chupar los tampones de los baños públicos. No. Sería tener que
soportar durante cien años ese tedio horrible y apático que la perseguía
hiciera lo que hiciera. Un siglo de aburrimiento podía convertir en psicópata a
cualquiera, aunque fueras un VUCMI. Pero Eleonor tenía un plan para escapar de
el tedio de una vez por todas. Y sí, B. estaba implicado en él.
De modo que quizá
ya sea hora de que os explique quién es B. y por qué esta inicial no para de
aparecer en esta historia. B. y Eleonor se conocieron a través del blog del
chico. Tras un siglo de anonimato, la vampira no pudo evitar corregir todas las chorradas
que el chico soltaba en su página: que los vampiros brillaban, que eran
enemigos de los hombres lobo, que el sol no les molestaba (ya le gustaría a
ella). Y para sacar al pobre chico de su error, Eleonor no tuvo reparos en
presentarse en su casa. Allí descubrió dos cosas: que en realidad el chico no
creía nada de eso sino que solo escribía fanfiction
de Crepúsculo (por muy triste que
suene) y que los fans de Bella asustados pueden ser terriblemente atractivos.
Eleonor no tardó
en obsesionarse en esos ojos de cervatillo a punto ser cazado e hizo todo lo
que pudo para conquistarlo. Su plan A fue adoptar la actitud del protagonista
de los conocidos libros juveniles. Pero tuvo que cambiar rápidamente de
estrategia: visitarlo noche tras noche sin decir nada y seguirlo en los sitios
menos pensados para decirle "aléjate de mí, yo no soy buena para ti"
no era, sin duda, el mejor plan. De modo que pasó a intentar hacerse amiga del
chico, mientras este le intentaba hacer ver que la frase "no podemos hacer
el amor, soy demasiado fuerte. Te haría daño" era increíblemente absurda
ya que ella ni siquiera podía abrir una bolsa de patatas sin pedir ayuda y
nadie había sugerido hacer el amor. Pero eso no tardó en cambiar: lentamente B.
fue enamorándose de la chica rarita que le perseguía por todos lados y por
suerte para todos, no hubo necesidad de pasar el plan C, cuyo contenido ignoro.
Lentamente, lo
que había empezado siendo una historia de malentendidos y acoso, se fue
convirtiendo en una casi perfecta historia de amor. Casi porque a Eleonor le
daba miedo los VUCMI no vieran con buenos ojos su relación con B. (podían ser
muy quisquillosos si querían). Por eso Eleonor decidió esconderse con B. en un
viejo y abandonado restaurante de comida rápida del centro.
Por primera vez
desde su muerte, Eleonor podía considerarse feliz: sus noches transcurrían en
un sin fin de besos con un ligero sabor a sangre y de susurros de amor
prohibido. Pero esa felicidad no tardó
en evaporarse tan rápido como había llegado, y con ella, las esperanzas que
Eleonor tenía puestas en ese intento de historia de amor. El aburrimiento hizo,
de nuevo, una entrada triunfal en la vida de la chica y, como siempre, parecía
prometer no irse jamás. Toda la culpa era de B., quien harto de esconderse
entre kétchups y freidoras, se pasaba el día de morros y deprimido. Las
palabras de amor eran cosa del pasado e incluso era difícil que B. pronunciara
algo más que un mal humorado monosílabo.
Eleonor, intentando
escapar de ese mal humor con ojos y patas, empezó a ir al mayor número de
reuniones de los VUCMI posible (donde había un par de vampiritos muy monos,
como Filipo, el de los colmillos brillantes) y a frecuentar las bibliotecas y
las aulas de las universidades, donde la vampira descubrió que B. no era el
único chico con esos irresistibles ojitos de conejito a punto de ser
descuartizado. De repente, la muerte en vida de Eleonor se volvió muchísimo más
divertida. Le encantaba perseguir a esos chicos con cara de estar perdidos
hasta que caían en sus redes, y, entonces, perderse en un único y apasionado
beso con sabor a sangre.
Por primera vez,
Eleonor descubrió que ser una vampira podía ser algo terriblemente genial. Le
era imposible evitar reírse en las reuniones de los tristes de los VUCMI:
aquellos hippies no sabían lo que se perdían.
En esos momentos Eleonor incluso se hubiera atrevido a decir que era
feliz si no fuera por un pequeño detalle: el gruñón de B. El chico parecía
sorprendentemente molesto de las continuas ausencias de su novia y reclamaba su
atención.
Ahora que la
vampiresa tenía un poco más de experiencia en el amor, se dio cuenta de que
estaba harta de B. y de todo lo que se había perdido por su culpa: odiaba a ese
chico obsesionado con Bella Swan y sus
ojos tristes que solo sabían expresar miedo y rencor. Y quizá por eso, en las
contadas veces que se besaron, Eleonor no pudo evitar centrarse en la sangre y
los mordiscos, y olvidarse de los besos y el amor. Hasta que finalmente B. (o
lo que quedaba de B.) dejó de ser un problema.
La vampira, sin
embargo, no se dio cuenta que eliminando a B. de su camino, estaba creándose un
problema mucho más grande: los VUCMI no verían con buenos ojos todo lo que ella
había hecho, y, pese a todos sus cuentos pacifistas, podían ser muy sádicos
cuando se trataba de castigar a una vampira culpable.
miércoles, 9 de noviembre de 2016
De naranjas y locas del coño.
Sé que, probablemente, esta entrada no os suponga una sorpresa. Sé que, probablemente, hay cientos de analistas políticos de toda suerte de nacionalidades, tendencias políticas, sexos o edades que estén especulando sobre las consecuencias que van a tener las elecciones americanas en el panorama tanto nacional como internacional sabrán mucho más que yo al respecto: los hay llevándose las manos a la cabeza y los hay calculando a pasos de hormiga lo que puede suceder de aquí a seis meses, un año, dos, tres. Puede que incluso a la larga, cuando Trump sea otro nombre en el ya negro libro de los presidentes americanos —un libro curioso, en el que figuran desde actores a la Santa Trinidad de jefes de Gobierno que han sido asesinados de las formas más dispares en los últimos doscientos años—, quede olvidado como una etapa más de la Historia de ese país que hoy es la primera potencia económica de este pequeño planeta en el que vivimos. Pero, sin duda alguna, la campaña del odio y absolutamente chovinista de ese señor de pelo relativo y piel anaranjada va a tener unas consecuencias más que inmediatas en la cultura, la apariencia internacional de los Estados Unidos y, sobre todo, en las continuadas agresiones hacia las minorías del país que ha ido propugnando el candidato republicano desde que comenzó su campaña para las Primarias el pasado año.
Y es que Trump no es solo populismo conservador. La campaña de Hillary —con todos los errores que ha cometido, también sea dicho— llevaba por bandera la idea de que cualquier niña americana podría, antes o después en sus vidas, llegar a ser presidenta. El mensaje de Trump es absolutamente demoledor en este sentido: es un grito de esperanza para todos esos frat boys, protestantes y de clase media-alta, que convencen a una chica para que beba un poco más, solo porque lleva la falda demasiado corta. Esos frat boys henchidos que, con la victoria de Trump, han aprendido que un día pueden llegar a ser Presidentes de la primera potencia mundial aunque abusen sexualmente de chicas en su juventud, aunque reivindiquen políticas homófobas, misóginas, racistas y xenófobas ante una clamorosa multitud deseosa de cambio, aunque hasta los sectores más conservadores de su Partido se lleven las manos a la cabeza con sus declaraciones. Y, sobre todo, que un millonario sin ningún tipo de experiencia política puede hacer suyo un país entero. Ha quedado demostrado que si una mujer como Hillary Clinton, blanca y de más de treinta años de experiencia política, no ha conseguido llegar a la Presidencia del Gobierno, puede ser que ninguna llegue hacerlo jamás.
Esas mujeres americanas, pero que bien podríamos ser las españolas, las francesas, las turcas, las indias, las mexicanas o las japonesas. En cierto modo, todas salimos perdiendo de esta situación: igual que todos y cada uno de los miembros del colectivo LGTBQ+, extranjeros o personas de distintas razas de la blanca que vivan en Estados Unidos o tengan intención de hacerlo. Si Chomsky ya apuntaba en Requiem for an American Dream que este «sueño americano» que ha nutrido el imaginario americano a lo largo de los años no es sino una ilusión con la que han vivido los yanquis altivos de clase media durante los últimos cincuenta años, para todos estos colectivos este sueño se torna más bien en una pesadilla. La pesadilla de ser rechazados en entrevistas de trabajo, de no poder acceder a programas de becas, de ser víctimas de la exclusión social, de sufrir vejaciones en sitios tan arbitrarios como el metro, el autobús o el parque de su barrio. Esa es la América de Trump: una América hecha para ser el paraíso de cualquier WASP —White Anglo-Saxon Protestant, lo cual llega a picar más que una simple avispa— y en la que ejercer el miedo y la sumisión sobre el resto de la población.
Como mujer, tengo que decir que esta situación es, como poco, escandalizadora. No porque Estados Unidos no fuera un país inminentemente machista antes de que apareciera Trump —hay una media de 288.880 víctimas de abusos sexuales de doce años o más al año*—, ni siquiera por el hecho de haber dejado escapar la posibilidad de que una mujer dirigiera la primera potencia mundial: tiene más que ver con ese argumento que emplean aún algunos respecto al feminismo y las tesis reivindicadas por diversas mujeres, de esas a las que hay que admirar casi como madres, a lo largo de los años. Es esa pregunta tibia, casi condescendiente: ¿Y para qué eso del feminismo? A ti nadie te va a matar, tienes una casa y puedes estudiar, no te quejes.
No te quejes, que bastante estoy haciendo tolerando tu presencia en esta aula. No te quejes, que ya no te tratamos como un objeto sexual, al menos en apariencia. No te quejes, que tienes trabajo, aunque cobres menos que tus compañeros hombres en la gran parte de los casos. No te quejes, que si te acuestas con muchos eres una zorra y si no te acuestas con ninguno eres una estrecha. No te quejes, que por mucho que pidas, no vas a llegar a tomar decisiones de peso, ilusa, que eres una ilusa. Eso es lo que se empeñan en decir algunas voces —más de las que me gustaría reconocer—: se escudan en ese «no te quejes» para esconder un machismo latente y que sale a flor en cuanto las cosas se tensan mínimamente. Un machismo que se evidencia en insultos, en burlas, en gritos, o en vejaciones físicas en los casos más extremos. Lo mismo que ha reivindicado Donald Trump en diversas ocasiones: la más reciente que se conoce, al afirmar que él, llegado el caso, no tiene reparos en agarrar a una mujer de sus partes más íntimas y hacer lo que le plazca con ella.
Así, sin darnos cuenta, Trump está dando voz a todos estos machos enfurecidos que por fin —¡como si no hubieran tenido ocasiones a lo largo de la Historia!— han encontrado su voz de nuevo. Atrás quedan los reproches a las ideas «demasiado cercanas al comunismo» —citando a una reportera de Fox News; por supuesto, el canal que le ha hecho toda la campaña a Trump de forma gratuita— de Bernie Sanders, quien ahora «podría haber sido buen candidato» solo por el hecho de ser hombre. Atrás quedan las acusaciones de corrupta a Hillary, esos mails de lo que no se ha parado de hablar desde que se empezó a intuir que podría presentarse como candidata con el Partido Demócrata. Ahora estamos solos frente al peligro de cuatro años siendo los títeres de alguien como Donald Trump.
Las consecuencias de todo esto las sabremos con el tiempo: solo cabe apuntar que, además de lo desolador del discurso del odio de su candidato, el Partido Republicano no se caracteriza por hacer buen uso del poder legislativo cuando lo obtiene. La última vez que obtuvieron los tres grandes órganos de Gobierno en unas elecciones —esto es, la Casa Blanca, la House of Representatives y el Senado— fue en 1928: lo que le siguió, como se dice, ya es Historia. Como decía Kennedy, "things do not happen, things are made to happen". Y en este caso, los estadounidenses han hecho que se desencadene un fenómeno político y social que quizás tan solo sea una mancha diminuta en la Historia de su país, pero que sin duda constituirá un antes y un después en la vida de toda mujer, persona de color, del colectivo LGTBQ+, o mínimamente progresista que haya pasado los últimos meses luchando por lo que en última instancia, hace tan solo unas horas, no han podido evitar.
Land of the free, home of the brave. ¿Pero por cuánto tiempo?
Gerda.
*Department of Justice, Office of Justice Programs, Bureau of Justice Statistics, National Crime Victimization Survey, 2010-2014 (2015).
domingo, 6 de noviembre de 2016
Las pesadillas de Alice I
Ya que nada más he publicado dos entradas yo sola, he decidido compensaros abriéndome un poco con vosotros y confesando mis mayores pesadillas. Y si, queridos amigos, esto será una serie. Pero no os preocupéis: solo habrá dos partes porque mira, soy especialita y tengo pocas fobias (además, por circunstancias personales, voy a tener que obviar una).
Vamos al tema:los que me conocéis (O habéis leído mi presentación) sabéis que todo lo paranormal me fascina – incluso obsesiona, diría yo-. Pensaréis que por donde estoy dirigiendo mi argumento, mis peores miedos están relacionados con eso, hechos paranormales y fantasmas... ¡PUES NO! Es más bien todo lo contrario: creo que tengo los miedos más mundanos que se podrían encontrar. Ahora os presentaré uno que marcó mi infancia y que tengo medio superado (creo que ha sido al darme cuenta de lo surrealista y absurdo que es). Madre mía, no se ni como presentarlo... ahí va: tengo (o tenía) un trauma enorme con el váter. Sí, el váter o el wc o como quieras llamarlo.
El pensamiento de tirar de la cadena y que empiece a subir el agua sin parar, acompañado de un sonido grave y fuerte, no poder pararlo, intentar salir corriendo pero no poder porque la puerta está trancada... nopuedonopuedonopuedo.
Se que esta fobia no tiene mucho sentido – incluso, haciendo una búsqueda por el señor google, he descubierto que la «fobia a la cadena del váter» es algo que solo comparto con los perros, pero creedme, cuando os explique dos posibles orígenes (uno creo que tiene más sentido que el otro) me entenderéis.
Como soy así de guay, empezaré por el génesis más reciente (quien dice reciente, dice hace diez u once años). El lugar del suceso, fue Cerdeña, concretamente en un restaurante de esos refinados y demasiado sofisticados a los que nunca me acostumbraré. Si no lo habéis adivinado, era un viaje familiar (un poco lógico, porque ¿qué haría una Alice de ocho años en una isla italiana y sola?). El caso es que estábamos comiendo y a la pequeña Alice le vino la necesidad de hacer un río, y ella acompañada por su madre, se dirigieron al también sofisticadísimo baño italiano. Porque si, era tan moderno como la comida: grifos con sensor, secadores con sensor, luces con sensor, ah y... váteres con sensor. Supongo que ya veis por dónde va la cosa, ¿no? La madre de Alice y Alice se fueron cada una a su respectivo váter. Hasta aquí todo bien, hasta que Alice... bueno, voy a dejar de hablar en tercera persona ya: me senté en el trono de porcelana. ¿Qué pasó? Que mi trasero de seis años no era suficientemente grande para el superficial y estricto sensor del váter y la cadena decidió ir funcionando continuamente. Pensad que en ese momento, ya había vivido el primer origen (que prefiero explicarlo al final): entonces, con esa primera experiencia sobre mis hombros, lo único que mi yo pequeña pudo hacer fue gritar y llorar (oh si, fui una niña bastante llorica) y lo único que pudo hacer mi madre fue venir corriendo, abrir la puerta de par en par y darme apoyo moral pues ella tampoco fue capaz de controlar la cadena del váter. Ahora lo pienso y me parece hilarante. Imaginaos ver ese espectáculo: una niña de ocho años sentada en un váter y llorando sin parar y su madre intentando ayudar desesperadamente. En ese momento lo pasé fatal.
Total, que seguramente estuvimos más de 15 minutos allí encerradas – incluso mi padre, que seguía sentado y esperando en la mesa, con los tiramisús y los cafés se acabó preocupando.
Bueno, y este es el primer trauma. ¿un poco light, verdad? Pues esperad a el segundo. Este se remonta a dos años atrás del anterior, por lo tanto, tenía unos seis años. Ya dije en mi presentación que era una cinéfila: y eso no me viene gratuitamente, ya que desde muy pequeña, en mi casa hemos tenido la costumbre de hacer maratones de películas en los fines de semana. Y desde pequeña he sido capaz de ver la mayoría de géneros: incluso el terror, horror, etc. ya me fascinaban entonces y los veía sin ningún problema.Hasta que llegó LA PELÍCULA.
¿conocéis el cazador de sueños*? Pues ese, es el gran origen de mi trauma con los váteres. Os haré una breve sinopsis de lo que recuerdo (puede que no sea exacto y que haya modificado ((exagerado)) algo:
Un grupo de amigos deciden irse de vacaciones a una cabaña abandonada en medio del bosque, en temporada de nieves, tras la muerte de uno de ellos. Síp, toman la sabia decisión de ir a ese lugar. Vamos, no hay que ser muy tonto para ver que algo malo puede pasar, pero bueno. Cuando llegan, ven que todos los animales – y cuando digo todos es TODOS – huyen de alguna cosa, hacia la misma dirección (¿no hay otra razón para salir pitando de allí?). Obviando lo que han presenciado, el grupo de amigos se divide: unos se van por ahí de excursión (o a hacer muñecos de nieve, yo que se) y los otros se quedan en la cabaña. Bueno, pues cada grupo se encuentra una persona: los que están en la cabaña un hombre y los otros una anciana mujer. Todo normal hasta que el hombre se quita la chaqueta y ven que este tiene una barriga que no es normal, es enorme, y lo mismo pasa con la ancianita (pero los inteligentísimos personajes deducen que se trata de un embarazo).
Y aquí es cuando llega la escena que me marcó de por vida: el señor barrindongo va al baño. Y tras producir una serie de ruidos antinaturales, horrorosos y de dolor, a los protagonistas se le ocurre mirar si está bien. Uno de ellos abre la puerta y... bueno, mejor os dejo aquí la escena porque es inexplicable. Os aconsejo que no lo miréis si sois sensibles a estas cosas.
Y hasta aquí llego porque es lo que fui capaz de ver. Bueno, logré ver un poco a Morgan Freeman pero no lo suficiente para que me convenciera de seguir viendo la película. Nunca la he podido acabar: incluso, hace unos años, cuando era más mayor me aventuré a verla con una amiga y la tuve que dejar casi en el mismo punto porque es too much for my body.
Quisiera remarcar esa fantástica escena del baño (que no he conseguido encontrar, pero que en la película sale unos minutos antes de la escena que he enlazado). Pues esa escena, es la que hizo que la pequeña Alice tuviera que ir al baño acompañada – o si iba sola hacer sus necesidades con la puerta abierta – durante unos cuantos meses. Porque en esa escena, se ve como la atrocidad esa sale del trasero del hombre - y si sale por allí, os puedo asegurar que por el mismo sitio que sale, es por el mismo sitio que ha entrado (y no digo más que me da algo).
Y ese es – creo yo – el origen de mi gran pesadilla con los váteres.
Debo confesar, tras haber dicho todo esto, que me han entrado ganas de volverla a ver – después haberme prometido no hacerme pasar por este mal trago (otra vez) – pero es que he descubierto (ignorante de mi) que está basada en un libro de Stephen King, y además, la trama ya me parece atractiva.
¿Lo haré? Lo sabréis en las próximas entradas.
Hasta aquí la primera parte de las pesadillas de Alice. ¡Nos vemos en la próxima entrada!
Hala, adiós.
(ojalá fuera este el bichito)
- Alice.
jueves, 3 de noviembre de 2016
Me da igual, yo me disfrazo como me da la gana
Heya!
Ya he vuelto. Como sabréis, la noche del lunes fue Halloween. Todo bien, mi ciudad estaba llena de gente disfrazada, todos reían, o gritaban del miedo, pero lo importante es que se lo pasaban bien.
Hasta aquí bien, hasta que volvieron a aparecer imágenes estúpidas de "esto no te lo puedes poner si no eres x actriz" . Y chistes con todo menos humor, en los que básicamente se decidía quien se podía disfrazar sexy, y quien no. OBVIAMENTE las gordas no podemos. ¿Qué es eso de ir marcando michelines, de enseñar carne, y de sentirnos sexys? ¡Ni se os ocurra!--> Ni caso.
Este año se ha puesto muy de moda disfrzarse de Harley Quinn*, y ya empezamos con lxs pesadxs de turno con qué solo las chicAs que tengan el mismo cuerpo que la actriz, pueden disfrazarse del personaje. Pues NO, no me(nos) da la gana, o sea:
Primero: ¿quienes sois vosotrxs para decidir nada sobre nuestro cuerpo?
Segundo: Repito--> NUESTRO cuerpo
Ya tenemos bastante con la presión estética que sufrimos a diairo, como para que vengan a molestarnos este tipo de gente*añada insulto*
Yo ya tenía claro que iba a tratar este tema en el blog, y justo ayer mientras estaba twitteando, encontré une chique que publicó un fragmento de un vídeo del famoso youtuber Dalas Review, pidiendo que lo reportásemos. Yo ya me esperaba cualquier cosa, siendo él*. En el vídeo básicamente se dedicaba a mofarse del físico de personas(como en la mayoría de sus videos) disfrazadas. Imaginaos el panorama: se reía sobretodo de gordxs*, durante no sé cuantos minutos. Y si no es por gordxs, es de cualquier otro rasgo físico que a él no le gusta(claro, como él es hijo de Venus)
El vídeo en cuestión:
A mí lo que me preocupa, es que lxs seguidorxs de éste "señor", y de otras páginas de humor (negro) famosas, sean todavía muy jóvenes. Suelen ser adolescentes, que los suelen considerar ídolxs. Ya suficiente tenemos con el bullying que hay en las escuelas, como para que estos youtubers,( u otrxs) dén este ejemplo a la audiencia. Modelos que enseñan a despreciar los demás sin sentimiento de culpa alguno.
Y bueno, no voy a excluir lxs seguidorxs que se sienten identificadxs con lxs sujetos que Dalas critica en sus videos. ¿No habrá pensado en sus fans gordxs? A claro, va a ser tan hipócrita de abrazarlos en su firma de libro como si nada, siempre con una sonrisa(tan falsa como él) Y siempre va a poder desgastar la excusa que todxs los """humoristas""" usan:
"solo es humor, no pretendo ofender a nadie, y si te das por aludidx, es culpa tuya"
¡¡Bravo!!, señorxs, si hicieran un video metiéndose con vosotrxs directamente, como haceis, no os sacará ni una sonrisa. Ojalá algúnx fan os dé una lección. Sí, sí, humor, pero, ¿es que no piensan en que su contenido es accesible a todo el mundo? Siempre van dando mensajes de ánimo, y hacen videos en contra el acoso escolar. Pero no piensan en que sus otros videos, los ofensivos, que los pueden ver adolescentes con poca autoestima y grandes complejos. ¿Y si a ellxs les hacen bullying por tener, simplemente, un cuepro gordo? ¿Y si son excluidos del grupo de clase por no ser agrciados según sus compañerxs? Esto es igual ¿verdad? Sois egoístas, que buscan la risa fácil, no os importa a quién pisais por el camino, si son seres inocentes y vulnerables. Os importa hacer reír a las masas, que se les suele convener con chistes machistas, racistas, gordófobos(y un largo etc), pero que más da, vuestros intereses (no diré cuales) son prioritarios.
Hay personas allá fuera de vuestras pantallas y vuestro mundo, luchando día a día en contra sus opresores, gente que intenta seguir adelante con su vida, y vosotrxs: qué más da. Sí, sí que da, sí, luego hay adolescentes con problema alimenticios graves, personas con la autoestima por los suelos, y vosotrxs, no ayudáis en NADA, todo lo contrario.
Algunxs creerán que he exagerado, queridxs, no he exagerado, lo que pasa es que solemos mirar solamente nuestro ombligo, ignorando todos lxs demás sufrientes.
Y volviendo al tema de gordofobia y Halloween: no hay ninguna norma escrita válida para que lxs gordxs no podamos disfrezarnos de los que no salga, tenemos cuerpo, pues, podemos hacerlo, y sino os parece, a bailar sardanas. Lo de "si no te gusta lo que ves, no mires" es algo tan lógico, pero siempre debemos estar repitiendolo, a ver si lo aplicais ya. Todo el mundo debería vestirse como quiere, sin sentirse "ridiculo" o feo, y tener miedo de salir a la calle, por si se burlan del individuo. Esto no avanza, siglo XXI y seguimos haciendo lo mismo que hace años y años. Dejad ya de molestar, y sed felices sin la necesidad de meteros con lxs demás para sentiros mejor vosotros mismos.
Queridxs lectorxs, no dejéis que nadie, absolutamente nadie, os haga sentir mal con vuestro cuerpo, solo tenéis uno, y tenéis que quererlo como un bien preciado.
PD: he puesto en google "harley quinn disfraz gorda" y con esperanza de encontrarme chicas sexys disfrazadas, me sale "los peores disfraces del 2016" anda a tomar viento.
Me encanta este video <3 https://youtu.be/nGfhRfkGjxE
-Gregordi(Gregoria)
*Cómic que ni he leído y película que ni he visto
*Según este sujeto, el patriarcado no existe porque no lo vemos, que somos feminazis lloricas. Y que Donald Trump no es comparable a Hitler, de hecho, no es racista. Y un largo etcétera.
*Empleo el término gordx porque básicamente: no es un insulto, sino un adjetivo califacitvo.
sábado, 29 de octubre de 2016
20 cosas de estudiantes
¡¡Buenísimos días de sábado-puente!!
Hoy voy a hacer una lista de las situaciones que solemos vivir lxs estudiantes, o al menos, mi experiencia:
1. "Este curso me lo voy a tomar más en serio, y empezaré a estudiar desde el primer día"
te acabas distrayendo con cualquier tontería y te vas a las 2a.m ... Y claro, al día siguiente andas como un muerto viviente.
3. Cuando al fin decides irte a la cama... ¡MIERDA, EL EXAMEN ES MAÑANA!
5.Se termina la prueba, y ya sabes qué es lo siguiente: la maldita pregunta, que tus amigos harán hasta el fin de tus días "¿Cómo te ha ido?" y es lo que menos te apetece responder, y en mi caso la respuesta siempre es " Pues no sé, no sé nada"( mientras huyo disimuladamente)
6.El hambre. No importa que hayas desayunado fuerte x3, siempre que entres por la puerta de esa clasemaldita, morirás de hambre(literalmente)
7.Llevas una hora y 55 minutos de clase, lx profesorx habla muy rápido de temas que desconoces, y no te enteras de nada, en realidad, solo oyes rugir tu estómago de hambre. Por suerte, solo faltan 5 minutos.
POR FIN, YA ES HORA
8. Eso de que te levantas a las 5 de la mañana porque vives en Wisconsin, y debes ir en transporte público porque la Universidad te pilla un poco lejos. Y cuando al fin llegas, muertx de sueño, ves un cartel en el que pone: "Lx profesorx no ha podido asistir" Y te quedas tal que así:
9.Lx tipicx profesorx que siempre pregunta a alumnxs concretxs , y tu intentas evitar el contacto visual para que no te pregunte nada.
10.Lx tipicx alumnx que sieeeeeeeeeempre interrumpe la(s) clase(s)
.Hay dos tipos: lxs que quieren demostrar ser eruditos, pero que en realidad na de ná. Y lxs que hacen preguntas estúpidas. (Puede haber un 2 en 1, tristemente) Lx profesorx puede estarse 50 minutos tranquilamente, respondiendo al sujeto en cuestión.
11. Lx profesorx guapx: te da igual si sus clases son aburridas, al menos te alegra las vistas. (A veces son shipeados con otrxs profesorxs)
12.En las clases nunca puede haber un clima estable: en verano eso parece la Antártida, y en invierno lo que más te apetece es quedarte en bolas ante tal bochorno. Como cuando eramos más peques y salíamos todxs con los mofletes rosas. (Para mí eso era el puro infierno)
13.Los trabajos en grupo, los más odiados. La gente prefiere trabajar individualmente, porque siempre hay lx que no hace nada, lx que no se entera y lx que lo hace todo. Además del ghvip que esto puede desencadenar (sin sexo(o sí), pero sí mucho mal rollo)
14. En este punto puedes ser lx interesado, o el que sufre:
-Hola, no vine a clase porque, bf que palo tix, ¿me dejas los apuntes?
-Me estás diciendo... que llevo dos horas escribiendo sin descanso, como unx posesx, que se me ha torcido la muñeca, que me he aguantado las ganas de salir corriendo a saquear un badulaque del hambre, que no me he dormido por milagro, ¿PARA QUE TE DEJE FINALMENTE LOS APUNTES, POR QUE NO TE SALÍA DE LOS GENITALES VENIR? *recita hechizos en lengua extraña*
18. ¿Recordáis lo mal que lo pasábamos en la course navette? Pues imaginad el infierno que vivíamos lxs torpes a lo largo de todo el curso de educación física.
19. Desde aquí, mandamos todo nuestro apoyo a todxs aquellxs estudiantes de humanidades, que sufren bullying por parte de lxs estudiantes de ciencias puras,y de la vecina del quinto, " q éh la literatura eza,etsudia algo de provecho, médico o algo"
20. Despídete de la vida social en el último día de la pre-vuelta a clases.
.
Y hasta aquí mi fabulosa aportación. No os enfadéis conmigo por haber puesto 56 mil gifs, es que... me encantan :3. ¡¡ A la próxima, mozuelxs!! ¡¡Pasadlo bien en Halloween y en la Castanyada!!
Hoy voy a hacer una lista de las situaciones que solemos vivir lxs estudiantes, o al menos, mi experiencia:
1. "Este curso me lo voy a tomar más en serio, y empezaré a estudiar desde el primer día"
Pista: No. Sigues estudiando en el día antes del examen
2.Cada día prometes acostarte temprano, para que no te cueste madrugar al día siguiente, pero nunca sabes como, te acabas distrayendo con cualquier tontería y te vas a las 2a.m ... Y claro, al día siguiente andas como un muerto viviente.
Me grabaron yendo a clase el pasado lunes jeje.
3. Cuando al fin decides irte a la cama... ¡MIERDA, EL EXAMEN ES MAÑANA!
3. ¿Qué que es lo primero que pensamos al despertarnos? Muy fácil, no, no es "va a ser un gran día", es: " ¿y si me quedo en la cama? con lo a gustito que se está..."
4.Día de examen: llevas 24 horas sin contacto humano, a penas has dormido, solo has estado repasando los apuntes sin parar. Aun así, cuando al fin tenes la hoja del examen delante, te quedas en blanco, ¿Homero? ¿Y ese quien éh? ¿El de los Simpson?5.Se termina la prueba, y ya sabes qué es lo siguiente: la maldita pregunta, que tus amigos harán hasta el fin de tus días "¿Cómo te ha ido?" y es lo que menos te apetece responder, y en mi caso la respuesta siempre es " Pues no sé, no sé nada"( mientras huyo disimuladamente)
6.El hambre. No importa que hayas desayunado fuerte x3, siempre que entres por la puerta de esa clase
POR FIN, YA ES HORA
Oh, wait, ¿por qué lx profesorx sigue dando clase?
8. Eso de que te levantas a las 5 de la mañana porque vives en Wisconsin, y debes ir en transporte público porque la Universidad te pilla un poco lejos. Y cuando al fin llegas, muertx de sueño, ves un cartel en el que pone: "Lx profesorx no ha podido asistir" Y te quedas tal que así:
¿Podrías haber avisado por correo o algo, no? ¡Mardisión pa ti!
.Hay dos tipos: lxs que quieren demostrar ser eruditos, pero que en realidad na de ná. Y lxs que hacen preguntas estúpidas. (Puede haber un 2 en 1, tristemente) Lx profesorx puede estarse 50 minutos tranquilamente, respondiendo al sujeto en cuestión.
11. Lx profesorx guapx: te da igual si sus clases son aburridas, al menos te alegra las vistas. (A veces son shipeados con otrxs profesorxs)
12.En las clases nunca puede haber un clima estable: en verano eso parece la Antártida, y en invierno lo que más te apetece es quedarte en bolas ante tal bochorno. Como cuando eramos más peques y salíamos todxs con los mofletes rosas. (Para mí eso era el puro infierno)
13.Los trabajos en grupo, los más odiados. La gente prefiere trabajar individualmente, porque siempre hay lx que no hace nada, lx que no se entera y lx que lo hace todo. Además del ghvip que esto puede desencadenar (sin sexo(o sí), pero sí mucho mal rollo)
14. En este punto puedes ser lx interesado, o el que sufre:
-Hola, no vine a clase porque, bf que palo tix, ¿me dejas los apuntes?
-Me estás diciendo... que llevo dos horas escribiendo sin descanso, como unx posesx, que se me ha torcido la muñeca, que me he aguantado las ganas de salir corriendo a saquear un badulaque del hambre, que no me he dormido por milagro, ¿PARA QUE TE DEJE FINALMENTE LOS APUNTES, POR QUE NO TE SALÍA DE LOS GENITALES VENIR? *recita hechizos en lengua extraña*
15.¿Sois de los que tienen crush en clase, o más bien creen que no hay nadie que valga la pena?
16. Profesorxs, hay de todo tipo, lxs que corrigen a la velocidad de la luz, y lxs que tardan 2 siglos para corregir una redacción. Y claro, lxs alumnxs así(veáse el gif), cada día de nuestra vida, hasta que al fin, se digne a colgar los resultados.
16. Profesorxs, hay de todo tipo, lxs que corrigen a la velocidad de la luz, y lxs que tardan 2 siglos para corregir una redacción. Y claro, lxs alumnxs así(veáse el gif), cada día de nuestra vida, hasta que al fin, se digne a colgar los resultados.
Esta, soy yo, el resumen de mi(s) curso(s)
17. Yo ya no sé dónde meter tantos libros, mi mochila está a petar, y parezco una tortuga. ¿No soy la única, verdad?
18. ¿Recordáis lo mal que lo pasábamos en la course navette? Pues imaginad el infierno que vivíamos lxs torpes a lo largo de todo el curso de educación física.
19. Desde aquí, mandamos todo nuestro apoyo a todxs aquellxs estudiantes de humanidades, que sufren bullying por parte de lxs estudiantes de ciencias puras,y de la vecina del quinto, " q éh la literatura eza,etsudia algo de provecho, médico o algo"
20. Despídete de la vida social en el último día de la pre-vuelta a clases.

Y hasta aquí mi fabulosa aportación. No os enfadéis conmigo por haber puesto 56 mil gifs, es que... me encantan :3. ¡¡ A la próxima, mozuelxs!! ¡¡Pasadlo bien en Halloween y en la Castanyada!!
-Gregoria
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