martes, 20 de diciembre de 2016

Cómo NO ligar

Esta es, sin duda, una de las entradas más personales que haré así que sed buenxs conmigo.  Llevo un tiempo con novio, pero antes de eso mi vida amorosa y la de una piedra eran iguales. Si no me créeis, seguid leyendo y así podréis admirar mis dotes para el ligoteo. Aquí van mis consejos:

1. Si te invitan dí que no. 
 Pasó en la Universidad, (en realidad ni siquiera sé si realmente quería ligar conmigo pero a mí me gusta decir que sí). Un chico con el que me hablaba en clase me pidió los apuntes y a cambio se ofreció a invitarme a algo. La cosa fue más o menos así:
-De verdad, Emma, muchas gracias. Te invito a lo que quieras.
- Oh no, tranquilo. No me molesta.
- Ah vale, guay.
- Eh.. pero bueno ahora que lo dices me apetece una fanta. Y ummm, un donut.
Después de invitarme con una sonrisa forzada nunca se supo nada más del señor de los apuntes.

2. Pero si el que te invita es un australiano guapísimo, por dios, dí que sí. 
De las pocas veces que una parte de los ángeles de Dante nos hemos aventurado juntas a una disco, LIGUÉ. De verdad, puede que ellas no lo recuerden (o lo nieguen)  PERO LO HICE. Y... lo mejor de todo es que era GUAPO. Como siempre estuve muy elocuente, muy coqueta:
- Hello! What's your name?! (leedlo con acento australiano, por favor).
- Emma.
- Ah, nice. Do you want a beer?
- No.
- Oh. Are you underage?
- No.
Fin. Ya me podéis matar.

3.Cuando realmente ligas sin querer y encima son bordes contigo. Dos hombres americanos se pusieron a hablar conmigo y una amiga por fin de año y, yo, que me esfuerzo en hablar en inglés me sueltan:
- Tienes algo...
- Qué?
- Que tienes algo en los dientes.
- Ah gracias.
- De nada.
ummf, umfff, ummmf

También está la vez que un viejo verde se ofreció a comprarme ropa, la que un hipster de pueblo confesó llevar gafas sin cristal, la vez en la que un italiano intentó bailar una lenta conmigo en la misma disco del australiano o ese francés que lo único que sabía decir en castellano era "Pero yo te quiero", o eso parecía.  Y... bueno creo que voy a parar de contar mis desastres amorosos porque me estoy deprimiendo.

Para demostraros que no soy un completo cero en estas cosas voy a dramatizar para vosotrxs la única vez que estoy orgullosa de haber ligado (y sí, también hice muestras de mi ingenio y de mi coquetería):
- No me gusta mucho ir por Barcelona de noche-. farfulló el afortunado ganador la primera vez que nos conocimos.
- Ahhh, pues tranqui que yo tengo conocimientos ninjas y te defenderé.
(Cabe destacar que él me saca dos cabezas. Lo niega pero yo sé que lo conquisté por decir eso).




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