domingo, 16 de octubre de 2016

Alice y sus reflexiones I

Las personas somos muy complicadas, ¿verdad?

Cada persona es un mundo, o mejor dicho: cada persona es su mundo. Algunos mundos se parecen entre si y otros suponen tan diferentes que se llegan a considerar entre ellos como alienígenas.
Supongo que, por esa razón, nunca lograremos comprendernos los unos a los otros al cien por ciento.
Si es que la mente humana es lo más irresoluble que tenemos ante nosotros: la gran incógnita. De hecho, ni uno mismo se puede llegar a conocer completamente: haya vivido los años que haya vivido o experimentado lo que haya experimentado.
Es decir, yo puedo pensar una cosa y transmitirla y otra persona puede decirme que piensa lo mismo que yo: pero, ¿cómo se puede saber que pensamos exactamente lo mismo? ¿Cómo puedo saber lo que estoy pensando yo?

Ante situaciones monótonas, a las que estamos acostumbrados o las del día a día, creemos tener cierto control sobre nuestros pensamientos y acciones, pero ante el gran miedo humano, ese del que nadie se salva, el que no deja dormir a la mayoría cuando se les manifiesta, ante este miedo, es imposible predecir cómo reaccionaremos. Ya sabréis de qué miedo estoy hablando, y sino, no tengo ningún problema en afirmar que se trata de lo desconocido.
Si, es este nuestro miedo, y no estoy generalizando.
Pensad: algunas personas tienen miedo, por ejemplo, a la muerte; otras a un dios o un diablo u otras al día de mañana. Y al fin y al cabo: ¿qué es eso? Pues lo desconocido, el no saber las circunstancias ni los motivos, ni el cuando, ni el donde ni el porqué.
Entonces, ante este gran miedo nuestras acciones son impredecibles. Puedes pensar <<si me pasara esto, haría tal cosa>>. no, no se puede saber.
Quizás la persona más preparada actuará de peor manera pues piensa que tiene cierto control sobre la situación y no es así, y la que lo está menos, se guiará por sus instintos más naturales y por la supervivencia y podrá salirse con la suya. Pero otra vez más, eso es impredecible.

Si es que, cuanta mayor consciencia tenemos de lo que nos rodea, más incógnitas aparecen y, por lo tanto, hay más cosas sin conocer. En otras palabras: a medida que ampliamos nuestros conocimientos, lo extraño crece, como si se tratara de una burbuja.

Creo que los actos ante el miedo causado por lo desconocido, son los peores actos, pues aquí es donde entra el odio hacia uno mismo, o lo que es peor: hacia otras personas.

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Y este tema lo dejo para la próxima entrada, pues se trata de todo un universo que para mí es muy difícil de exponer brevemente.

Frase: ¿el cuerpo? Frágil. ¿la mente? Aún más.

Perdón por poner una primera entrada intensita, iba a hablar de otra cosa, pero tenía la sensación que me urgía más escribir sobre este tema. Puede parecer incompleto (y lo está) pero he escrito tal cual lo pensaba y no lo quiero cambiar ni añadir nada más: lo dejo así, al natural.

Gracias por leerme y ¡nos vemos en la próxima entrada!
Y, como dice mi abuela...
¡Hala, Adiós!



-Alice.

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