viernes, 3 de febrero de 2017

¿Qué queréis de mí?

OSCURIDAD

No sé como he terminado aquí, tampoco conozco este lugar, ni me reconozco a mi misma. Todo empezó el 27 de febrero del 2010, yo era una adolescente, se podría decir que normal y corriente. Eran las 4:04,  cuando me levanté repentinamente de la cama, de manera automática, no sabría decir el porqué. Pero el hecho es que allí estaba él, el periodista que paseaba nerviosamente por mi habitación. Primero me quedé en silencio, en shock, no creía lo que presenciaba, pero acto seguido grité asustada, tenía miedo de que me hiciera algo. Mi madre acudió a mí preocupada, y simplemente me dijo "solo es una pesadilla cariño".y yo confié ciegamente en sus palabras. No obstante, la situación se repitió unos días más tarde, esa vez era una mujer. La vi reflejada en el cristal de la ventana.  "¿Cómo lo veías si estabas a oscuras?" te preguntarás. Pues, porque estos... entes, se podría decir, traen consigo una especie de luz propia, una luz grisácea, moribunda, que parece resistirse para no convertirse en la nada. Esa mujer tenía el cabello largo y oscuro, su pelo parecía descuidado, maltratado por el transcurso del tiempo. Estaba en una cama grande, y veía como me saludaba lentamente, con una amplia sonrisa en el rostro.
A partir de ese momento, fue cuando noté que algo extraño sucedía, se lo conté a mis amigas, e incluso a mi profesora de Biología, pero nadie me tomó en serio. Muchos creían que lo hacía para llamar la atención, puesto que era el bicho raro del instituto y pocas personas me apreciaban. Y otros me querían mandar al psiquiatra. Pero las presencias nunca me llegaron a abandonar del todo, a veces desaparecían por un largo tiempo pero siempre volvían.
En abril del 2013 conocí una chica especial, ella me creyó, y me advirtió que debía controlarlos, había de hacerlos saber que yo soy más fuerte, porque sino me llevarían a la absoluta locura. Recuerdo como en ese período aparecían cada día. :Una vez vino a verme uno disfrazado, me lo tomé como una burla, parecía decir "tú no puedes hacer nada"con su sonrisa perniciosa. Estaban terminando con mi vida, tenía miedo de dormir, sabía que había la posibilidad de que volverían a visitarme a las 4 a.m, y ya no soportaba más esa tortura. Estuve días enteros sin dormir, pero me vencieron.
En 2014 la cuestión ya iba a más. Podía contactarme con ellos, bueno, solo fue una vez, con Victor. Me levanté como siempre a la misma hora, él estaba ahí, volando encima mío, sonriendo, y yo susurré "Víctor", no me lo dijo, pero sabía que era su nombre, como si se tratara de telepatia. Pero nunca más lo volví a ver, Víctor me transmitió tranquilidad, no le tuve miedo, simplemente era... alguien que no quería perderse en el olvido. Leí una novela que me cambió el punto de vista, me hizo pensar que ellos, no sé bien si son fantasmas, no quieren lastimarme, simplemente se sienten solos y yo... soy la única que los puede ver, bueno, no sé si soy la única, pero sí una excepción.
Después de Victor, no sé como los otros encontraron el modo de poder susurrarme al oído, me susurraban mi nombre y notaba una especie de aliento frío, frío parecido a la muerte, acariciando mi piel. Empecé a preocuparme, y mi madre ya ni me hacía caso. Yo me enfadaba con ella, ¿!cómo no podía confiar en su propia hija!?. Pero luego la entendía, en el momento en el que ella abría los ojos, todo desaparecía.
Pasaron de susurros, a caricias de bajo la manta.Yo sudaba, temblaba de miedo, mi corazón latía a mil por minuto, y sabía que nadie podría ayudarme y darme respuestas. Siempre que notaba su presencia pensaba que aquello era el final. Comprendía su soledad, pero no sé si yo querría hacerles compañía, y de alguna manera, formar parte de ese desamparo.
Estaba fatigada de la situación, ya no podía más, y por ello acabé gritándoles llorando de la frustración de no poder hacer absolutamente nada. Les decía: ¿¡Pero qué queréis de mí!?, ¿¡Por qué no me dejáis en paz!?. La primera vez se lo dije a una niña pequeña, llevaba un oso de peluche en sus manos. Me miró, sonrió irónicamente y se marchó sosegadamente.
Decidí pensar que solo eran sueños, alzaba mi mano a esos objetos  extraños que aparecían (no me atrevía a acariciar ninguno de esos fantasmas) y veía como desvanecían en el vacío, eso me ayudaba de autoconvencerme de que todo eran imaginaciones mías. No obstante, mi otro yo me traicionaba y repetía día tras día "se acerca el final, sabía el destino que me esperaba, no me preguntes cómo.
Así es como amanecí el 1 de enero del 2017, en una oscuridad escalofriante,donde  no hay ni sol, ni luna, ni frío ni calor, no existe ni el bien, ni el mal, solo estoy yo, pero... ¿y ahora quién soy yo?
Oscuridad eterna, me ayudó a descubrir el porqué de todo esto, me hizo reflexionar sobre todo lo que había sucedido.... pero esto, te lo explicaré la próxima vez, Sofía.

-Gregoria

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